El pecado original
En las elecciones del 2004 las encuestadoras pronosticaron la victoria
en primera vuelta del FA. El FA ganó en
primera vuelta. ¿Dónde estuvo el error?
En que el FA ganó por menos del 0,5% de los votos, diferencia no medible por
una encuesta. Hicieron una afirmación
que no podían defender técnicamente pero
le embocaron. Le escribí al entonces
Ministro de Educación alertándole del problema. Nada hizo, pero en el 2014 el ex ministro presentó un proyecto de ley
para regular las encuestas.
La afirmación de la fe
En el 2009 Cifra, Equipos y Factum presentaban resultados de las
encuestas tan similares entre sí que probabilísticamente resultaba
increíble. Hice la denuncia ante la
Comisión de Defensa de la Competencia, que a su vez contrató como experto al
Doctor Goyeneche, doctorado en estadística por la Universidad de Iowa. El doctor afirmó que efectivamente las series
de resultados de cada encuestadora, resultaban demasiado similares como para
tratarse de resultados reales de encuestas.
Sin embargo, afirmó que no podía decir lo mismo comparando los
resultados entre las encuestadoras. Preocupado
por si la estadística en Iowa era diferente a la del resto del mundo, pedí una
opinión al director del departamento de consultoría estadística de la
Universidad de Iowa. Me respondió que
contrariamente de lo que opinaba el experto uruguayo, sí podía afirmar que los
resultados de las encuestadoras no eran independientes entre sí. (el experto uruguayo debe haber faltado a un
par de clases). En resumen, las tres
encuestadoras en el 2009 no presentaron los resultados de las encuestas,
presentaron números manipulados y fruto
de un acuerdo de no competencia entre las tres.
El delirio místico
En el 2004 las tres encuestadoras le embocaron al resultado y fueron
ungidas por el pueblo. En el 2009 fueron
declaradas oficialmente por encima de las leyes de la estadística. Con estos
antecedentes en el 2014 entraron en un delirio mesiánico de infalibilidad y omnisciencia.
Primero la erraron en la interna blanca debido a la manía de no publicar
los datos de las encuestas, en vez de publicar promedios con las encuestas
anteriores (error que sí había identificado el Dr. Goyeneche).
Después llegaron a publicar y difundir disparates como que el FA había
bajado un punto porcentual en su intención de voto. Ninguna encuesta de 1.000 casos puede medir
variaciones tan pequeñas. Si una
encuesta da un punto menos que la anterior, no se puede saber si la intención
de la población bajó, creció o quedó igual.
La hoguera de la inquisición