jueves, 29 de noviembre de 2012

La escuela: el campo de batalla por las mentes jóvenes

Siempre creí que la función de la escuela, y del liceo, era que los alumnos aprendieran. A leer y escribir, la aritmética, y luego geografía, historia, física, música y el resto de las materias.

 Al adquirir estos conocimientos, y al mismo tiempo, aprenderían a razonar y a tratar con sus compañeros y maestros, es decir, a vivir en sociedad. Sin embargo hoy las mentes jóvenes se han convertido en campos de batalla de grupos de interés.

Todos estos grupos, buscan fines muy loables, y desean “concientizar” a los alumnos. Veamos lo que se proponen:

 Evitar las discriminaciones de género

 Idem de identidad sexual

 Idem contra los negros

Idem contra los judíos

Disminuir el consumo de tabaco

Idem de bebidas alcohólicas

 Idem de comida chatarra

 Concientizar sobre los riesgos de la marihuana

 Idem de la pasta base

 Reducir la huella de carbono

 Utilizar energías renovables

 Proteger la fauna y flora autóctonas

 No maltratar los animales

 Despertar conciencia ecológica

 Clasificar la basura Luchar contra el calentamiento global

 No tirar las pilas

 No tirar los termómetros de mercurio

No tirar envases plásticos

 No a la violencia familiar

 No a la violencia contra los travestis

 Fomentar el emprendurismo

 Y todos luchan por un espacio, un momento, un tiempo, para convencer, persuadir, concientizar, a los jóvenes. Y los grupos de interés hablan con las autoridades del gobierno, de la educación, del colegio, y dan charlas, conferencias, actividades, para los niños y los jóvenes.

Seamos conscientes que todo éste cúmulo de esfuerzos no tiene el propósito de enseñar, se propone adoctrinar. Es decir, no educan en el sentido de desarrollar el sentido crítico, se empeñan en dar la verdad revelada.

 ¿No estábamos mejor antes, cuando se adoctrinaba sobre la Santísima Trinidad y la Virgen? ¿Y se disponía del resto del tiempo para aprender a leer, escribir y hacer las cuentas?

 Con tantos temas sobre los que los jóvenes hoy son adoctrinados, no extraña que no aprendan lo elemental, y no sientan más que apatía ante una educación que no es tal, es adoctrinamiento.