sábado, 4 de febrero de 2012

Mafia Blanca

Se armó un gran revuelo porque el Hospital Británico importó un robot Da Vinci para realizar operaciones a control remoto. No sé cuánto lo pagó el Hospital, pero su costo anda en el orden del millón de dólars. El Hospital Británico es una institución privada con fines de lucro.

¿Le ocurrió al lector de ir a una mutualista y que el médico le ordene una ecografía? En muchas mutualistas, el servicio lo da una clínica externa, y el paciente debe desplazarse hasta ella. En otros casos, el equipo de la clínica privada se desplaza hasta el sanatorio mutual, pero el servicio lo da una clínica privada. Un ecógrafo vale menos de 50 mil dólares (en Mercado Libre se consiguen por mucho menos).

Hace unos años fui al otorrinolaringólogo (oídos, nariz y garganta). Tenía un problema en las cuerdas vocales. Tuve tres consultas con el especialista en la mutualista, y en ninguna me pidió que abriera la boca, siempre me dio un pase a una clínica externa donde tienen un laringoscopio. Un laringoscopio cuesta unos tres mil dólares.

¿Por qué el Hospital Británico puede comprar un aparato de un millón de dólares y una mutualista, con muchos más socios, no puede comprar aparatos de cincuenta mil y ni siquiera de tres mil dólares?

El Hospital Británico es una institución con fines de lucro. Si comprar el robot Da Vinci resulta rentable, lo compran. Y luego lucran, como los acusó el ministro interino de Salud Pública. A mí me parece muy bien el lucro.

En cambio las mutualistas son instituciones sin fines de lucro. Por lo tanto no pueden comprar un aparato y ganar dando el servicio. Entonces no compran los aparatos y cuando precisan el servicio, mandan a los pacientes a una clínica privada. Las clínicas privadas cobran bien caro a la mutualista, que no gana dinero, sino que pierde, lo que supongo que hará muy feliz al señor Ministro Interino.

La clínica privada de ecografía o de laringoscopía sí puede ganar dinero. Y luego lo reparten generosamente con los médicos directores de las mutualistas, que no pueden hacer que la institución que dirigen gane dinero, pero coimas pueden cobrar. A mí las coimas no me parecen bien.

1 comentario:

VS dijo...

Buen artículo, Galarza.

En este país el estatismo ha rebasado los límites de la estupidez y la desfachatez, al punto que los lucradores a los que tanto critican los paladines de la propiedad "pública" suelen ofrecer mejores servicios y a mejores precios que las empresas que supuestamente defienden el interés nacional. La gente tiene que dejarse mentir un poco menos y darse cuenta de que estos corporativistas mafiosos sólo quieren asegurar su puesto de trabajo, y que si realmente se preocuparan por el bienestar de los uruguayos abalarían condiciones más libres y transparentes de competencia.