martes, 4 de noviembre de 2014

Las encuestas: Una historia teológica

El pecado original

En las elecciones del 2004 las encuestadoras pronosticaron la victoria en primera vuelta del FA.  El FA ganó en primera vuelta.  ¿Dónde estuvo el error? En que el FA ganó por menos del 0,5% de los votos, diferencia no medible por una encuesta.  Hicieron una afirmación que no podían defender  técnicamente pero le embocaron.  Le escribí al entonces Ministro de Educación alertándole del problema. Nada hizo, pero en el 2014  el ex ministro presentó un proyecto de ley para regular las encuestas.

La afirmación de la fe

En el 2009 Cifra, Equipos y Factum presentaban resultados de las encuestas tan similares entre sí que probabilísticamente resultaba increíble.  Hice la denuncia ante la Comisión de Defensa de la Competencia, que a su vez contrató como experto al Doctor Goyeneche, doctorado en estadística por la Universidad de Iowa.  El doctor afirmó que efectivamente las series de resultados de cada encuestadora, resultaban demasiado similares como para tratarse de resultados reales de encuestas.  Sin embargo, afirmó que no podía decir lo mismo comparando los resultados entre las encuestadoras.  Preocupado por si la estadística en Iowa era diferente a la del resto del mundo, pedí una opinión al director del departamento de consultoría estadística de la Universidad de Iowa.  Me respondió que contrariamente de lo que opinaba el experto uruguayo, sí podía afirmar que los resultados de las encuestadoras no eran independientes entre sí.  (el experto uruguayo debe haber faltado a un par de clases).  En resumen, las tres encuestadoras en el 2009 no presentaron los resultados de las encuestas, presentaron números manipulados  y fruto de un acuerdo de no competencia entre las tres.

El delirio místico

En el 2004 las tres encuestadoras le embocaron al resultado y fueron ungidas por el pueblo.  En el 2009 fueron declaradas oficialmente por encima de las leyes de la estadística. Con estos antecedentes en el 2014 entraron en un delirio mesiánico de infalibilidad y omnisciencia.

Primero la erraron en la interna blanca debido a la manía de no publicar los datos de las encuestas, en vez de publicar promedios con las encuestas anteriores (error que sí había identificado el Dr. Goyeneche).

Después llegaron a publicar y difundir disparates como que el FA había bajado un punto porcentual en su intención de voto.  Ninguna encuesta de 1.000 casos puede medir variaciones tan pequeñas.  Si una encuesta da un punto menos que la anterior, no se puede saber si la intención de la población bajó, creció o quedó igual.

La hoguera de la inquisición

Ahora, que dieron estimaciones alejadas de la realidad del voto,  para evitar ser quemados en la Plaza Libertad,  piden disculpas y dicen que revisarán la metodología.  No es problema de metodología, es problema de decir la verdad.